Con el relato de noticias de la primera parte del siglo XX (1900-50) que hemos rescatado de periódicos nacionales y provinciales –que, por lo general, no han sido recogidos en su detalle en las crónicas publicadas en los diez tomos anteriores–, hemos elegido una muestra muy representativa de la evolución del comercio local a través de los anuncios publicitarios de establecimientos que hicieron historia en su relación con los habitantes de la ciudad y de los pueblos limítrofes. A la hora de insertar esta nueva línea de trabajo, hemos partido de la idea de que es difícil entender la evolución de la sociedad sin tener presente el desarrollo de la publicidad de sus comercios y negocios en general.
No tratamos, por supuesto, de contar la historia de la publicidad, sino recordar o descubrir lo que está detrás de cada anuncio comercial, que es el alma de una ciudad a través de sus comerciantes, de gentes con capacidad de negocio que arriesgaron para mejorar su economía y la de la ciudad. Un tiempo –medio siglo es el que analizamos– en el que comercio y ciudad han caminado de la mano, promoviendo un nuevo urbanismo. En las tres primeras décadas del siglo proliferaron las Guías con artículos sobre historia y biografías, soportados con los anuncios publicitarios, un tiempo en el que la publicidad en prensa apenas alcanzó relevancia ya que la lectura de periódicos estaba limitada a las clases pudientes.
La publicidad, como otra forma de comunicación, permite en este caso recuperar el nombre y la existencia de negocios comerciales que pudieran quedar en el anonimato y, sin embargo, en su época alcanzaron un protagonismo especial. Aunque la publicidad ha evolucionado espectacularmente a través de los decenios del siglo pasado, hoy afrontamos, fruto de la crisis, una desertización comercial en cuanto a negocios que podemos considerar locales.
Finalmente se insertan una serie de imágenes que reflejan, en nuestra opinión, el desarrollo urbano y cómo la ciudad ha ido evolucionando a través de la mano y los quehaceres de sus esforzados protagonistas. Entendemos que es una forma de que todos conozcamos cómo se ha construido Torrelavega en los cien años del siglo XX.
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