Índice
06 – Cantabria de lobos, pero menos… // Por Jesús García Díaz
26 – La Escuela libre de Medicina de Cantabria, año 1936. // Por Mario Corral García
36 – Cántabros en los campos de concentración nazis. // Por José Manuel Puente Fernández
48 – Imaginando Cantabria: La mirada de los grandes ilustradores (1870-1936) // Por Pedro L. Madrazo
66 – Emprendedores Pasiegos. // Por Javier Gómez Arroyo
78 – La edad de oro del folk en Cantabria: Mayadama. // Por Eduardo Hidalgo Pérez
88 – Villapresente: Historia gráfica de un pueblo. // Por Villapresente en la Memoria
96 – Libros
Editorial
Ninguna otra especie de nuestra fauna protagoniza tantas historias y fantasías populares como el lobo», y como suele decirse, o se le ama o se le odia, aunque desde el imaginario colectivo europeo, al contrario que otras culturas que lo mitifican, siempre se le ha creado una imagen negativa, quizás fruto de la «pugna que ambas especies han venido librando» desde que el hombre comenzó a habitar en Eurasia.
El 28 de enero de este año, La Vanguardia recogía un titular, fiel reflejo de la situación actual de nuestro protagonista de portada: «El lobo reconquista Europa: éxito para los naturalistas y preocupación para los ganaderos». Quizás la solución sea buscar un punto intermedio entre ambas partes, pero siempre siendo conscientes de que nuestro entorno natural no quede engullido por intereses meramente económicos, pero por otra parte con una política de indemnizaciones justa que pueda reconducir la convivencia de nuestros ganaderos (actualmente, el 82% de los ganaderos está en contra de la presencia del lobo), un sector importante para Cantabria, con el lobo. Para Jesús García: «… ha de reconocerse la importancia que tiene el lobo en los ecosistemas, donde desempeña un papel esencial como regulador natural de las poblaciones de ungulados silvestres…».
En «Imaginando Cantabria», de Pedro L. Madrazo, recuperamos a los grandes ilustradores que, nacidos o no en nuestra tierra, supieron plasmar en brillantes ilustraciones el alma de La Montaña en el periodo de 1870 a 1936. Aquí podremos contemplar momentos tan emotivos que nos retrotraen a esa Cantabria de nuestros ancestros, como pueden ser los dibujos La hierba y A lo alto y a lo bajo de Victoriano Polanco, así como la mujer pasiega vista desde los ojos de Ramiro de Santa Cruz y del siempre prolífero Mariano Pedrero. En esta época de creatividad, no se salvaría ni el insigne de Polanco, José María de Pereda, que para su novela El sabor de la tierruca contaría con Apeles Mestres como autor de un maravilloso conjunto de ilustraciones para la edición de 1882. Otro de los nuestros, Manuel Llano, tendría ilustradas las portadas de sus libros con los dibujos de Ángel López Padilla, J. Simón Cabarga «Apeles» y Rivero Gil, este último autor del inolvidable ojáncano en la edición de Brañaflor.
También Inauguramos en este número una sección de alcance que tendrá continuidad en el tiempo y que, bajo el título de «La Edad de Oro del Folk en Cantabria», pretende hacer un recorrido en el tiempo por el fenómeno de la música folk de raíz en nuestra tierra. Un movimiento cultural y social que tuvo su eclosión en los años 80 ante un auditorio entusiasta y entregado que lo recibió con los brazos abiertos. Entre la nostalgia y la necesidad de un reconocimiento histórico, iniciamos el viaje con Mayadama cuando se cumple el 30 aniversario de su nacimiento, uno de los grupos más desconocidos para el gran público en la actualidad, pero que dejó para la posteridad una profunda huella. En tan solo un par de años, sus componentes consiguieron meritoriamente equiparar su proyecto musical con el de las mejores bandas de folk de su época dentro del panorama nacional.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.